dijous, 29 de gener del 2009

Escrit del Caner

Meravellós

Hi ha quelcom a la muntanya que dona la sensació, moltes vegades, que sigui més una activitat de l'esperit que no del cos. I, què és aquest quelcom? És tot, però molt difícil d'explicar. És una nit freda i estelada que vaticina una esforçada ascensió, és un foc voltat d'amics, un lloc tansparent i una cresta punxeguda, és un pas perillòs i difícil en una paret vertical i una divertida baixada pel glaç, una esquerda mortalment amagada i un prat deliciosament ple de flors. És un instant dalt del cim conquerit amb el què tant havíem somiat, és un moment retingut per sempre més al record. és el cansament, l'amistat, el perill, la Natura,... i l'home petit que intenta assolir la gran Muntanya. El somni fet realitat, l'ideal assolit amb lluita. Tot això i més, més coses amagades al cor de cada muntanyer que recorrent els cims recull sensacions que mai no podran expressar-se amb precisió

California über alles


Exercici de Llengua castellana: ¿qué es la calidad de vida?

Alguien dijo que la vida era lo más parecido a una ópera-rock; demasiada contradictoria para poderla entender. No sé hasta que punto es cierta esta afirmación. Creo que toda nuestra existencia, mentirosa, casual, imprevisible, es arte. “Sin música la vida sería un error”, leí; yo digo: “sin música, no existe la vida”.
Des que nacemos hasta nuestro final, nos rodeamos de ella. En los lloros del parto, en la mirada inocente que espera tres lejanos personajes, pero también en las oraciones de la primera comunión, como en las chicas de las 14, o la lentitud de la vejez; siempre estamos rodeados de arte, aunque no siempre, es tan bueno como desearíamos. Avergonzados ante la crueldad de un espejo, aprendemos a sonreír, simulando que todo sigue igual.
La música, el caos danzante, la alegría moribunda, una floración de sentimientos hasta el espacio exterior, puede representarse mediante diferentes formas. Nosotros no elegimos la música que nos gusta; es siempre ella quién escoge en cada momento. Cuando estamos tristes, al salir de fiesta, para hacer los deberes, mientras jugamos a no perder el tiempo…; ella siempre está allí, acompañándonos.
Muchas veces discuto con mis amigos; si no discutiéramos, sólo seríamos farsantes. No logran entender que pueda escuchar estilos de música tan diferentes. “¡Tu compact disc estará mareado ante tanta incomprensión!”, dicen. Entonces me muestran los cedes expuestos encima de la mesa. Veo “Las cuatro estaciones”, un recopilatorio de Joaquín Sabina, otro de Janis Joplin, la discografía de Umpah-pah i The Damned; varias canciones de 999 i Dead Kennedys, las mejores baladas de Led Zeppelin, las locuras d’Iggy Pop, la decadencia de Eskorbuto, el sentimiento de Guns ‘n’ Roses… Pudiera seguir con otra lista de celebridades nada coherentes entre si.
Todos me miran; quieren que baje cabeza y les pida perdón. Sin embargo, me niego. “¿Porque no puedo oír música tan diferente?”, les digo, “¿acaso soy el mismo cuando siento November Rain—una preciosa balada de principios de los 90—o cuando pongo el mundo patas arriba, con California uber alles—caricatura de un gobernador fascista—?” Quiero ser yo mismo; sí, es más difícil de lo que uno piensa. Quiero escuchar Since I’ve been living you, cuando esté colgado por alguien, y cantar, sin pizca alguna de remordimiento, Now I wanna be your dog, toda las noche por las sucias calles de mi pueblo.
“Un servidor no tiene miedo a vivir”, les escupo, “para mí, los sentimientos no son ningún problema; aunque me torturen, yo les acepto orgulloso”. Quién sólo escucha una melodía, muere con la duda del ignorante. Yo, que soy más cobarde, buscaré por todas partes, oiré el material más viejo, imaginaré los cuadros más olvidados, vomitaré las escrituras más solitarias.
* * * * * * * * * * * *
Llegado a este punto de la redacción, quizás pienses: “bueno, sí, muy bien, la música nos gusto a todos, pero ¿qué coño tiene a ver con la calidad de la vida?” Exclusivamente todo.
No creo que la calidad de vida resida en el progreso industrial, tecnológico, ni urbanístico. Mi esperanza de vida no asegura una vida mejor. Tampoco la humanidad podría hacerme feliz. La adaptación social deriva en mi nulidad personal. Sólo la capacidad de emocionarse, de pervertirse yo diría, nos puede hacer sentir mejor. “Renovarse o morir”. ¡Aceptar los enigmas es tan excitante…!

Cartes famoses

20 cartes d'artistes molt interessants (Groucho Marx, Keats, Txaikovski, Byron, Dalí...) Per veure'n més:

http://cartasfamosas.blogspot.com/

1.- D’ OSCAR WILDE A ROBERT ROSS

Mi querido Robbie:

Es el primer día que estoy solo, y huelga decir que fue una jornada penosa. Empiezo a darme cuenta de mi terrible situación de aislamiento, y me he sentido rebelde y amargo de corazón todo el día. ¡Que dolor! ¡Y yo que me figuraba poder aceptar todo tan fácil y tan simplemente! No obstante, he tenido accesos de rabia, que han pasado sobre mí como tremendas ráfagas de huracán agostando las mejores espigas. (…) Esta noche, apenas he dormido. Tenía a mano la indignante carta de Bosie y, estúpidamente la volví a leer antes de dejarme caer en la cama. (…) Ahora siento verdadero miedo de ese funesto desagradecido mozo, con su egoísmo vulgar y su absoluta insensibilidad para todo aquello que es o intenta ser bueno y amable para los demás. Me da la sensación de una influencia malsana… ¡Pobre! Volver a su lado, sería volver al infierno, del que creo haber escapado. Espero no verle más.

En cuanto a ti, queridísimo Robbie, me atormenta la idea de que muchas personas de las que requieren me lleguen a motejar, si no lo hacen ya, de egoísta, por mi afán de tenerte a mi lado de vez en cuando. (…) Me ayudas a mantener mi alma en vida, no ya en el sentido teológico, sino en el más sencillo e inmediato, pues mi alma había muerto realmente, ahogada en el cieno de los más groseros placeres, y mi vida era indigna de un artista. Tú puedes curarme y ayudarme, pues eres ya mi único amigo en este bello mundo. Tampoco deseo tener otro.

2.- D’ ALBERT EINSTEIN A FRANKLIN DELANO ROOSVELT

Señor:
Algunos recientes trabajos de Enrico Fermi y L. Szilard, los cuales me han sido comunicados en manuscritos, me llevan a esperar, que en el futuro inmediato, el elemento uranio puede ser convertido en una nueva e importante fuente de energía. Algunos aspectos de la situación que se ha producido parece requerir mucha atención, y si fuera necesario, inmediata acción de parte de la Administración. Por ello creo que es mi deber llevar a su atención los siguientes hechos y recomendaciones:

En el curso de los últimos cuatro meses se ha hecho probable -a través del trabajo de Loiot en Francia así como de Fermi y Szilard en los Estados Unidos- el inicio de una reacción nuclear en cadena en una gran masa de uranio, por medio de la cual se generaría enormes cantidades de potencia y grandes cantidades de nuevos elementos parecidos al uranio. Ahora parece casi seguro que esto podría ser logrado en el futuro inmediato.

Este nuevo fenómeno podría ser llevado a la construcción de bombas, y es concebible -pienso que inevitable- que puedan ser construidas bombas de un nuevo tipo extremadamente poderosas. Una sola bomba de ese tipo, llevada por un barco y explotada en un puerto, podría muy bien destruir el puerto por completo, así como el territorio que lo rodea. Sin embargo tales bombas podrían ser demasiado pesadas para ser transportadas por aire.

Los Estados Unidos tiene muy pocas minas con vetas de uranio de poco valor, en cantidades moderadas. Hay muy buenas vetas en Canadá y Checoslovaquia, mientras que la fuente más importante de uranio está en el Congo Belga.

En vista de esta situación usted podría considerar que es deseable tener algún tipo de contacto permanente entre la Administración y el grupo de físicos que están trabajando en reacciones en cadena en los Estados Unidos. Una forma posible de lograrlo podría ser comprometer en esta función a una persona de su entera confianza quien tal vez podría servir de manera extraoficial. Sus funciones serían las siguientes:

a) Estar en contacto con el Departamento de Gobierno, manteniéndolos informados de los próximos desarrollos, y hacer recomendaciones para las acciones de Gobierno, poniendo particular atención en los problemas de asegurar el suministro de mineral de uranio para los Estados Unidos.

b) Acelerar el trabajo experimental, que en estos momentos se efectúa con presupuestos limitados de los laboratorios de las universidades, con el suministro de fondos. Si esos fondos fueran necesarios con contactos con personas privadas que estuvieran dispuestas a hacer contribuciones para esta causa, y tal vez obteniendo cooperación de laboratorios industriales que tuvieran el equipo necesario.

Tengo entendido que Alemania actualmente ha detenido la venta de uranio de las minas de Checoslovaquia, las cuales han sido tomadas. Puede pensarse que Alemania ha hecho muchas acciones, porque el hijo del Sub-Secretario de Estado Alemán, von Weizacker, está asignado al Instituto Kaiser Guillermo de Berlín donde algunos de los trabajos americanos están siendo duplicados.

Su Seguro Servidor,
Albert Einstein

3.- D’ ARISTOTEL·LES A ALEXANDRE "EL MAGNE"

En el crepúsculo de mi vida, tuve oportunidad de entrar en conversación con un sabio judío. No me llevo mucho tiempo darme cuenta de su gran sabiduría, y él me llevó a comprender cuan grande es la Torá que fue dada en el Monte Sinaí. Tomé conciencia de lo necio que había sido por no haberme dado cuenta de cómo D’s es capaz de manipular las leyes de la naturaleza. Mi querido discípulo Alejandro, si tuviera la posibilidad de reunir todos los libros que he escrito, los quemaría. Me avergonzaría mucho que algunos de ellos perdurara... me doy cuenta de que he de recibir un castigo Divino por haber escrito libros tan engañosos. Hijo mío, Alejandro, te escribo esta carta para decirte que la gran mayoria de mis teorias a la ley natural son falsas. Siento que he salvado mi alma al admitir mi error. Espero que no se me considere culpable por el pasado, pues he actuado por ignorancia. Sé que tu me alabas y me dices que soy famoso en todo el mundo a causa de los libros que he escrito. Aquellos que se consagran a la Torá obtendrán la vida eterna, mientras los que se dedican a leer mis libros obtendrán el sepulcro. No te escribí antes porque temí que te enfadaras conmigo y tal vez hasta me hicieras daño. Pero ahora he tomado la decisión de decirte la verdad. Sé que cuando recibas la carta ya estaré muerto y enterrado, pues soy consciente de que se acerca el fin.

Me despido con saludos de paz, Alejandro de Macedonia, gran emperador y soberano.
Tu maestro,

Aristóteles


4.- DE RIMBAUD A VERLAINE

A Paul Verlaine

Londres, julio de 1873

Regresa, regresa, mi querido amigo, mi único amigo, regresa. Te juro que seré bueno. Si me he mostrado desagradable contigo, fue tan sólo una broma; me cegué, y me arrepiento de ello más de lo que puedes imaginar. Vuelve, porque cuando regreses todo estará totalmente olvidado. ¡Qué desgracia que hayas tomado en serio esta broma!

No paro de llorar desde hace dos días. Vuelve. Sé valiente, querido amigo. Nada esta perdido todavía. Sólo tienes que emprender el viaje de vuelta. Viviremos aquí nuevamente, valientemente, pacientemente.

Te lo suplico. Además, es por tu bien. Vuelve, encontrarás aquí todas tus cosas. Espero que no tengas duda alguna, ahora, de que no discutía en serio. Que suceso y situacion más desagradable.

Porqué, cuando te hacía señas para que bajaras del barco, ¿por qué no lo hiciste?¿Hemos vivido juntos durante dos años para llegar a esto? ¿Qué vas a hacer? Si no quieres volver aquí ¿quieres que vaya yo a tu encuentro, dónde tú estés?

Se que yo tengo la culpa. No me olvidarás ¿verdad?
No, tú no puedes olvidarme.
Yo te tengo aquí siempre.
Di, contesta a tu amigo ¿acaso no volveremos a vivir juntos los dos?
Contéstame pronto.
No puedo quedarme aquí por más tiempo.
Escucha unicamente lo que te dicte tu corazón.
Dime pronto si tengo que reunirme contigo.

A ti, para toda la vida.

Rimbaud

5.- D’ AUGUSTE RODIN A CAMILLE CLAUDEL

Mi feroz amiga,

Mi pobre cabeza está muy enferma y ya no puedo levantarme por la mañana. Esta tarde he recorrido (horas) sin encontrarte nuestros lugares. ¡qué dulce me resultaría la muerte! Y qué larga es mi agonía. Por qué no me has esperado en el taller. ¿Dónde vas? cuánto dolor me estaba destinado. Tengo momentos de amnesia en los que sufro menos, pero hoy el dolor permanece implacable. Camille, mi bienamada a pesar de todo, a pesar de la locura que siento acercarse y que será obra tuya, si esto continúa. ¿Por qué no me crees? Abandono mi salón, la escultura. Si pudiera irme a cualquier parte, a un país en el que olvidara, pero no existe. Hay momentos en que francamente creo que te olvidaría. Pero de repente, siento tu terrible poder. Ten piedad malvada. Ya no puedo más, no puedo pasar otro día sin verte. De lo contrario, la locura atroz. Se acabó, ya no trabajo, divinidad maléfica, y sin embargo te quiero con furor.

Mi Camille, ten la seguridad de que no tengo ninguna amiga, y de que toda mi alma te pertenece.


El arte y la pasión se han dado cita en numerosas ocasiones a lo largo de la historia del arte. Uno de los ejemplos más trágicos es la relación entre Camille Claudel y Auguste Rodin. Con apenas 20 años, Camille entró a formar parte del taller de Auguste Rodin, iniciando una relación muy turbulenta con el escultor, ya que éste no abandonó nunca a su esposa ni a sus numerosas amantes. Este enriquecimiento mutuo, no exento de celos y rivalidad, acabaron destruyendo la relación, y a la propia Camille. Rodin muere en 1917 y Camille pasó treinta años en una residencia psiquiátrica, hasta su muerte en 1943, abandonada por su familia, a pesar de haber recuperado la cordura.

6.- D’ EDGAR ALLAN POE A ANNIE L. RICHMOND

Jordfiam, 16 de noviembre de 1848

OH, Annie, Annie! ¡Mi Annie! Qué crueles pensamientos sobre tu Eddy deben de haber estado torturando tu corazón durante las dos últimas terribles semanas, en las que no has tenido ninguna noticia de mí, ni siquiera una palabra que dijera que todavía vivía y te amaba. Pero, Annie, yo sé que tú sentías profundamente la naturaleza de mi amor por ti, tanto como para no po¬nerlo en duda, ni siquiera por un momento, y este pensamiento me ha confortado en mi amarga tristeza; puedo estar seguro de que tú imaginarías cualquier otra desgracia excepto esta: que mi alma había sido desleal con la tuya.
Por qué no estaré ahora contigo, querida, de manera que pudiera sentarme a tu lado, apretar tu querida mano en la mía y mirar a las profundidades del cielo claro de tus ojos; de manera que las palabras que ahora solo pue¬do escribir se grabaran en tu corazón y te hicieran entender lo que quiero decir -y, Annie, todo lo que deseo decir, todo lo que mi alma suspira por expresar en este instante está incluido en la palabra amor-. Por estar contigo ahora, de forma que pudiera susurrarte al oído las divinas emociones que me agitan, de buena gana -¡OH, lleno de alegría!- abandonaría este mundo y todas mis esperanzas de otro: pero tú lo crees, Annie, tú lo crees y siempre lo creerás. Mientras piense que sabes que te amo como ningún hombre amó jamás a ninguna mujer, mientras piense que entiendes en alguna medida el fervor con el que te adoro, ningún problema mundano podrá jamás hacerme totalmente desdichado.

Oh, cariño mío, mi Annie, mi dulce hermana Annie, mi ángel bello y puro, esposa de mi alma...

Por siempre tuyo. Eddy

7.- CARTA DE GANDHI A HITLER

24 de diciembre de 1940

Algunos amigos me han instado a escribirle en nombre de la humanidad. Pero me he resistido a su petición, porque me parecía que una carta mía sería una impertinencia. Con todo, algo me dice que no tengo que calcular, y tengo que hacer mi llamamiento por todo lo que merezca la pena.

Está muy claro que es usted hoy la única persona en el mundo que puede impedir una guerra que podría reducir a la humanidad al estado salvaje. ¿Tiene usted que pagar ese precio por un objetivo, por muy digno que pueda parecerle? ¿Querrá escuchar el llamamiento de una persona que ha evitado deliberadamente el método de la guerra, no sin considerable éxito? De todos modos, cuento de antemano con su perdón sihe cometido un error al escribirle.

Yo no tengo enemigos. Mi ocupación en la vida durante los últimos treinta y tres años ha sido ganarme la amistad de toda la humanidad fraternizando con los seres humanos, sin tener en cuenta la raza, elcolor o la religión.

Espero que tenga usted el tiempo y el deseo de saber cómo considera sus actos una buena parte de la humanidad que vive bajo la influenciade esa doctrina de la amistad universal. Sus escritos y pronunciamientos y los de sus amigos y admiradores no dejan lugar adudas de que muchos de sus actos son mons-truosos e impropios de ladignidad humana, especialmente en la estimación de personas que, como yo, creen en la amistad uni-versal. Me refiero a actos como la humillación de Checoslovaquia, la violación de Polonia y el hundimientode Dinamarca. Soy consciente de que su visión de la vida conside-ravirtuosos tales actos de expoliación. Pero desde la infancia se nos haenseñado a verlos como actos degradantes para la huma-nidad. Por eso nopodemos desear el éxito de sus armas.

Pero la nuestra es una posición única. Resistimos al impe-rialismobritánico no menos que al nazismo. Si hay alguna diferencia, será muy pequeña. Una quinta parte de la raza humana ha sido aplastada bajo la bota británica empleando medios que no superan el menor examen. Ahora bien, nuestra resistencia no significa daño para el pueblo británico.Tratamos de convertir-los, no de derrotarlos en el campo de batalla. La nuestra es una rebelión no armada contra el gobierno británico. Pero los convirtamos o no, estamos totalmente decididos a conseguir que su gobierno sea imposible mediante la no colaboración no violenta. Es un método invencible por naturaleza. Se basa en el conocimiento de que ningún expoliador puede lograr sus fines sin un cierto grado decolaboración, voluntaria u obligatoria, por parte de la víctima.Nuestros gobernantes pueden poseer nuestra tierra y nuestros cuerpos,pero no nuestras almas. Pueden tener lo primero sólo si destruyen por completo a todos los indios: hombres, mujeres y niños. Es cierto que no todos podrán llegar a tal grado de heroísmo, y que una buena dosis de temor puede doblegar la revolución; pero eso es irrelevante. Pues si enla India hay un número suficiente de hombres y mujeres que están dispuestos, sin ninguna mala voluntad contra los expoliadores, a entregar sus vidas antes que doblar la rodilla ante ellos, habrán mostrado el camino hacia la libertad de la tiranía de la violencia. Le pido que me crea cuando digo que encontrará usted un inesperado número de tales hombres y mujeres en la India. Durante los últimos veinte años han estado formándose para ello.

Durante el último medio siglo hemos estado intentando liberarnos del gobierno británico. El movimiento por la independencia no ha sido nunca tan fuerte como ahora. El Congreso Nacional Indio, que es la organización política más poderosa, está tratando de conseguir estefin. Hemos logrado un éxito muy apreciable por medio del esfuerzo no violento. Estamos buscando los medios correctos para combatir la violencia más organizada en el mundo, representada por el poder británico. Usted le ha desafiado. Ahora queda por ver cuál es el mejor organizado: el alemán o el británico. Sabemos lo que la bota británica significa para nosotros y las razas no europeas del mundo. Pero nunca desearíamos poner fin al gobierno británico con la ayuda de Alemania.En la no violencia hemos encontrado una fuerza que, si está organizada,sin duda alguna puede enfrentarse a una combinación de todas lasfuerzas más violentas del mundo. En la técnica no violenta, como hedicho, no existe la derrota. Todo es «Vencer o morir» sin matar nihacer daño. Se puede usar prácticamente sin dinero y, claro está, sinla ayuda de la ciencia de la destrucción que tanto han perfeccionado ustedes.

Me asombra que no perciba usted que esa ciencia no es monopolio de nadie. Si no son los ingleses, será otra potencia la que ciertamente mejorará el método y le vencerá con sus propias armas. Además, no está dejando a su pueblo un legado del que pueda sentirse orgulloso, pues no podrá sentirse orgulloso de recitar una larga lista de crueldades, por muy hábilmente que hayan sido planeadas.

Por consiguiente, apelo a usted, en nombre de la humanidad, para que detenga la guerra. No perderá nada si pone todos los asuntos en litigio entre usted y Gran Bretaña en manos de un tribunal internacional elegido de común acuerdo. Si tiene éxito en la guerra,ello no probará que usted tenía razón. Sólo probará que su poder dedestrucción era mayor. Por el contrario, una sentencia de un tribunalimparcial mostrará, en la medida en que es humanamente posible, cuál de las partes tenía razón.

Sabe que, no hace mucho tiempo, hice un llamamiento a todos los ingleses para que aceptaran mi método de resistencia no violenta. Lo hice porque los ingleses saben que soy un amigo, pese a ser un rebelde.Soy un desconocido para usted y para su pueblo. No tengo coraje suficiente para hacerle el llamamiento que hice a todos los ingleses,aunque se aplica con la misma fuerza a usted que a los británicos.

Durante esta estación, cuando los corazones de los pue-blos deEuropa ansían la paz, hemos suspendido incluso nuestra pacífica lucha.¿Es demasiado pedir que haga un esfuerzo por la paz en un tiempo quetal vez no signifique nada para usted personalmente, pero que tiene que significar mucho para los millones de europeos cuyo mudo grito de paz oigo, pues mis oídos pueden escuchar la voz de millones de personas mudas?

El gobierno británico no permitió que esta carta fuera enviada ni se hiciera pública

8.- De GROUCHO MARX A JACK WARNER

Parece ser que hay más de una forma de conquistar una ciudad y tomarla como parte de tus propiedades. Por ejemplo, cuando empezamos a hacer esta película, no teníamos ni idea de que Casablanca perteneciera a los hermanos Warner. Sin embargo, pasaron sólo unos pocos días desde que anunciamos que íbamos a hacer la película hasta que nos llegó una larga, complicada y amenazante carta legal, que nos avisaba de que no debíamos usar el nombre Casablanca. Parece ser que en 1471, Fernando Balboa Warner, el tatarabuelo de Harry y Jack, mientras buscaba una ferretería en la ciudad de Burbank, llegó hasta las costas de Africa y blandiendo un increíble bolígrafo (esta parte ha sido ocultada por la historia) le había dado al lugar el nombre de Casablanca.

Simplemente, no puedo entender vuestra actitud, porque aunque repusieran vuestra película, creo que el espectador medio podrá distinguir entre Ingrid Bergman y Harpo. No tengo claro si yo podría hacerlo también, pero estoy dispuesto, por supuesto, a intentarlo con "todas mis fuerzas". Decís que el nombre de Casablanca es vuestro y que nadie más lo puede usar sin vuestro permiso, ¿qué pasa con "Hermanos Warner" (Warner Bros)? ¿También eso es vuestro? Es posible que podáis usar el nombre "Warner". Pero nunca la parte "Hermanos", profesionalmente, nosotros éramos "Hermanos" mucho antes que vosotros. Incluso antes que nosotros, ha habido otros "Hermanos": los hermanos Smith, los hermanos Karamazov, Los hermanos Dan… El más joven de los hermanos Warner se llama Jack… ¿También reclama la propiedad sobre este nombre? Porque no es un nombre muy original: se usaba incluso antes de que el naciera. Por otro lado, se me ocurren un par de Jacks (sin contar a Jack, el del cuento de las habichuelas mágicas, y Jack el destripador, que ya en sus tiempos fue bastante famoso). Y para Harry, sin pensarmelo mucho, se me ocurren dos Harrys antes que él: Harry Lighthouse, que tuvo una fama revolucionaria, y Harry Appelbaun, que vivió en la 93, esquina Lexington.

Y no quiero entrar en discusiones duras, porque muchos de mis mejores amigos son Hermanos Warner. Intuyo que todo es un error del horrible y triste departamento legal de la empresa, controlado por alguno de esos tipos con problemas escolares, necesitado de fama y admiración, y demasiado ambicioso para respetar las leyes naturales de la promoción.

En fin, sea quien sea, no lo conseguirá. ¡Lucharemos hasta el final!, ¡hasta la Corte Suprema!

Ninguna estupidez de este tipo va a ser causa de pelea entre los Warner y los Marx, y la sangre no llegará al río. Porque todos somos hermanos bajo nuestra piel y seguiremos siendo amigos después de que pase por la bobina el último rollo de "Una noche en Casablanca".

Groucho Marx.


Al parecer, los hermanos Marx tuvieron algunos problemas de derechos de autor con la Warner mientras filmaban "Una noche en Casablanca", el señor Groucho Marx le escribió una nota a los hermanos Jarry y Jack Warner dandoles "su punto de vista"


9.- De KURT COBAIN A COURTNEY LOVE I FRANCES

Para Boddah: Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk rock que he ido siguiendo a lo largo de los años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock’n'roll. Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury , a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo.De hecho, no os puedo engañar, a ninguno de vosotros. Simplemente no sería justo ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario.Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme Señor, pero no es suficiente).Soy consciente de que yo, nosotros, hemos influído y gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo.Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño.

En nuestras tres últimas giras he apreciado mucho más a todo la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustación, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico Piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho como había sido yo.

Llena de amor y alegría , confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general…Sólo porque parece que a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva.¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente.

Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión, y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente.

Paz, amor y comprensión. Kurt Cobain

Frances y Courtney , estaré en vuestro altar. Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero.¡Los quiero!


Kurt Cobain se suicidó el 5 de abril de 1994, su cuerpo lo encontraron 3 días después junto a esta carta.

10.- DE LORD BYRON A CAROLINE LAMB

Agosto de 1812

Mi muy querida Caroline,
Si las lágrimas, que usted vio y sabe que no soy aficionado a verter, si la agitación en la cual me separé de usted, agitación que usted debe haber percibido a través de todo este tenso, nerviosísimo proceso, no comenzaron hasta que el momento de dejarle se acercó, si todo lo que he dicho y hecho, y estoy aún preparado para decir y hacer, no han probado suficientemente cuáles son y serán mis sentimientos verdaderos siempre hacia usted, mi amor, no tengo ninguna otra prueba a ofrecer.

Dios sabe que deseo verla feliz, y cuando renuncié a usted, o mejor dicho cuando usted por un sentido del deber a su marido y madre renunció a mí, usted deberá reconocer la verdad de lo que de nuevo prometo y hago voto, que ninguna otra en palabra o hecho ocupará el lugar en mi afecto, que es y será consagrado a usted hasta el fin de mi existencia.

Nunca supe hasta este momento, la locura de mi queridísima y más amada amiga.

No puedo expresarme, éste no es tiempo para palabras, pero encontraré orgullo y un placer melancólico, en el sufrimiento que usted usted misma apenas puede concebir, para usted ponga no conocerlo. Ahora debo salir con el corazón cargado, porque apareciendo esta tarde detendré cualquier historia absurda que los acontecimientos de hoy pudieran originar. Usted piensa ahora que soy frío y severo, y ingenioso -otros pensarán igual, hasta su madre- esa madre a quien debimos sacrificar mucho de hecho, más, mucho más en mi caso, de lo que ella sepa o pueda jamás imaginarse.

"Prometer no amarla"
Ah, Caroline, está más allá de la promesa, pero atribuya todas las concesiones al motivo apropiado y nunca deje de sentir todo que usted ya ha comprobado, y más que puede ser sabido siempre por mi propio corazón, quizás el suyo.

Quiera Dios protegerle, perdonarle y bendecirle, siempre y aún más que siempre

Su tan apegado
BYRON

11.- DE VIRGINIA WOOLF A VANESSA BELL

Querida:

No puedes imaginarte lo mucho que me ha gustado tu carta, pero siento que he ido demasiado lejos en esta ocasión para que pueda volver. Es lo mismo que la primera vez: todo el tiempo oigo voces, y sé que no puedo superar esto ahora. Todo cuanto quiero decir es que Leonard ha sido sorprendentemente bueno cada día, siempre; no puedo pensar que alguien hubiera podido hacer más de lo que ha hecho por mí.

Hemos sido perfectamente felices hasta las últimas semanas, cuando este horror empezó. ¿Harás que esté seguro de esto? Siento que le queda mucho por hacer y que seguirá adelante, mejor sin mí, y que tú le ayudarás.

Apenas si puedo pensar con claridad ya. Si pudiera te diría cuánto habéis significado tú y los niños para mí. Creo que lo sabes.

He luchado contra esto,pero ya no puedo más.

Virginia.

12.- DE SALVADOR DALÍ A PICASSO

Pablo:

¡Gracias! Tus últimas pinturas ignominiosas han matado el arte moderno. Según tú, con el gusto y la moderación que son las verdaderas virtudes de la prudencia, hubiéramos tenido una pintura cada vez más y más fea, al menos durante cien años, antes de conseguir tus sublimes adefesios esperpentos. Tú, con toda la violencia de tu anarquismo ibérico has llegado al límite y a las consecuencias finales que deseabas, marcándola con el sello de tu propia sangre. Ahora todo lo que queda es volver los ojos una vez más a Rafael.
¡Dios te salve!

Salvador Dalí

13.- DE TRUMAN CAPOTE A PERRY SMITH

Querido Perry:

Ayer por la noche me desperté de repente, pensando: Perry dice que no sabe nada sobre mí, nada a ciencia cierta. Me quedé levantado y dándole vueltas, y me di cuenta de que, en algún sentido, era verdad. No conoces ni siquiera los acontecimientos superficiales de mi vida, que guarda unas cuantas similaridades con la tuya. Fui hijo único, y muy bajito para mi edad: siempre fui el más bajo de la clase. Cuando tenía tres años, mi madre y mi padre se divorciaron. Mi padre (que se ha vuelto a casar en cinco ocasiones) era un viajante de comercio, y pasé gran parte de la infancia recorriendo el sur a su lado. No era malo conmigo, pero nunca me gustó, ni entonces ni ahora. (Nunca lo veo, vive en Nueva Orleans). Mi madre, que sólo tenía dieciséis años cuando me dio a luz, era muy guapa. Se casó con un hombre moderadamente rico, un cubano, y después de cumplir yo diez años fui a vivir con ellos (casi siempre en Nueva York). Por desgracia, mi madre, que sufrió varios abortos y de ello resultaron problemas mentales, se volvió alcohólica y convirtió mi vida en una pesadilla.

Acabó suicidándose (somníferos). Dejé la escuela a los dieciséis y desde entonces me he mantenido yo solo: entonces encontré trabajo en una revista (había empezado a escribir a muy temprana edad).

Siempre fui una persona precoz, tanto intelectualmente como artísticamente, pero inmaduro a nivel emocional. Y, desde luego, he tenido problemas emocionales, casi siempre por la “pregunta” que tú también me hiciste la última visita y que te contesté sinceramente (y no es que la respuesta no fuera obvia).

Este es un currículo muy resumido, pero no estoy habituado a hacer este tipo de confidencias. En cualquier caso, no me importa contártelo.

Siempre,

Truman

14.- DE TOLSTOI A NICOLAU II

16 de enero de 1902

Querido hermano:

Este calificativo me parece el más conveniente porque, en esta carta, me dirijo menos al emperador y al hombre, que al hermano. Y, además, os escribo casi desde el otro mundo, encontrándome en espera de una muerte muy próxima. (...) Una tercera parte de Rusia está sometida a una continua vigilancia policiaca; el ejército de policías conocidos y secretos aumenta sin cesar; las prisiones, los lugares de deportación y los calabozos están repletos; aparte de doscientos mil criminales de derecho común, hay un número considerable de condenados políticos entre los cuales existen ahora multitud de obreros. La censura con sus medidas represivas ha llegado hasta un grado tal que no alcanzó en los peores momentos de los años que siguieron al de 1840. Las persecuciones religiosas no fueron nunca tan frecuentes ni tan crueles como lo son ahora, y cada vez van siendo más frecuentes y más crueles. En las ciudades y en los centros industriales se han concentrado las tropas, que armadas de fusiles se han enviado contra el pueblo. En algunos puntos ya se han producido choques y matanzas y en otros puntos se preparan, y su crueldad aun será mayor.

El resultado de toda esta actividad cruel del gobierno, es que el pueblo agricultor, los cien millones de hombres sobre los cuales está fundada la potencia de Rusia, a pesar de los gastos del Estado que crecen considerablemente, o mejor dicho gracias a este crecimiento del presupuesto, se empobrecen de año en año, de manera que el hambre ha llegado a ser el estado normal, como igualmente el descontento de todas las clases y su hostilidad para el gobierno. La autocracia es una forma de gobierno que ha muerto. Tal vez responda aún a las necesidades de algunos pueblos del Africa central, alejados del resto del mundo, pero no responde a las necesidades del pueblo ruso cada día más culto, gracias a la instrucción que va siendo cada vez más general. Así es que para sostener esta forma de gobierno y la ortodoxia ligada a él, es preciso, como ahora se hace, emplear todos los medios de violencia, la vigilancia policíaca más activa y severa que antes, los suplicios, las persecuciones religiosas, la prohibición de libros y de periódicos, la deformación de la educación, y en general de toda clase de actos de perversión y crueldad. Tales han sido hasta aquí los actos de vuestro reinado (...)

15.- DE SALVADOR DALÍ A FEDERICO GARCÍA LORCA

Cadaqués, septiembre, 1926

Querido Federico:

Te escribo lleno de una gran serenidad y de tu santa calma; veras: ya hace un poco de mal tiempo en este bendito septiembre, llueve, hace viento, ancla un barco en el puerto; eso hace sentir mas el interior, y los ruidos suaves de los trabajos suaves y quietos en los interiores ... Mi hermana cose ropa blanca a mi lado cerca de la ventana, en la cocina se hacen confituras y se habla de poner uvas a secar; yo he pintado toda. la tarde, 7 olas duras y frías como son las del mar ... mañana pintare 7 mas; estoy tranquilo porque las he pintado bien, además cada vez el mar se parece mas al que yo pinto. Resulta también que san Sebastián es el patrón de Cadaqués,¿te acuerdas de la ermita de San Sebastián en la montar1a de Peni? Pues bien, hay una historia que me ha contado la Lidia, una historia de San Sebastián que prueba lo atado que esta a la columna, y la seguridad de lo intacto de su espalda. ¿No habías pensado en lo sin herir del culo de San Sebastián? Pero dejo eso y voy a contestarte tu carta de situaciones, como ¡viejos! amigos que ya somos. Tú no harás oposiciones a nada, convence a tu padre que te deje vivir tranquilamente sin esas preocupaciones de aseguramientos de porvenir, trabajo, esfuerzo personal y demás cosas ... , publica tus libros, eso te puede dar fama ... América, etc., con un nombre real y no legendario como ahora, todo Dios te estrenara lo que hagas, etc., etc.

... Yo suelo en irme a Bruselas para copiar a los holandeses en el museo; mi padre esta contento del proyecto ... ¿Venir a Granada? No te quiero engañar, no puedo; por Navidad pienso hacer mi exposición en Barcelona, que será algo gordo; hijo; tengo que trabajar esos meses como ahora, todo el santo día sin pensar en Nada Más. ¡Tú no puedes darte cuenta de cómo me he entregado a mis cuadros, con que cariño pinto mis ventanas abiertas al mar con rocas, mis cestas de pan, mis niñas cosiendo, mis peces, mis, cielos como esculturas!
Adiós, te quiero mucho, algún día volveremos a vemos, ¡que bien lo pasaremos!
Escribe. Adiós, adiós. Me voy a mis cuadros de mi corazón.

SALVADOR DALI

16.- DE TXAIKOVSKI A NADEZHDA FILARETOVNA

Florencia, 1 de marzo de 1877

Quiero responder a su pregunta. Sí, hay un programa en mi sinfonía, es decir puede expresarse en palabras lo que he intentado decir con mi música. (…) la Introducción, Andante sostenuto, es el germen de toda la sinfonía, sin duda la idea esencial. Es el destino, la fuerza inexorable que impide alcanzar nuestros anhelos, que nos persigue como una espada de Damocles y que se opone a nuestra felicidad. Es invencible y a nosotros sólo nos queda su aceptación y el lamento inconsolable.


Nadezhda fue un amor absolutamente platónico y, por unos años, decisivo en la vida y la obra del compositor. Fue una dama de la alta sociedad rusa, diez años mayor que Tchaikovsky, amante del arte, muy especialmente de la música, viuda y dueña de una gran fortuna. Su relación con Tchaikovsky fue muy peculiar. Por mutuo acuerdo nunca llegaron a verse ni a hablarse, pero mantuvieron una abundante correspondencia. Esta amistad duró trece años, de 1876 a 1889, y durante ellos el compositor disfrutó de la generosa protección de su mecenas en forma tanto de dinero (en pagos mensuales al principio y luego anuales) como de la cesión de sus palacios y el servicio para que pudiese componer en el mejor entorno posible. La relación entre ellos terminó, al parecer, por los rumores que le llegaron a Nadezhda (rumores que eran ciertos) acerca de la homosexualidad de su protegido, algo que ella no pudo superar. El golpe recibido fue más fuerte que su admiración por el genio.

17.- CARTES DE VICTOR HUGO I JULIETTE DROUET

7 de marzo de 1833

Te amo, mi pobre angelito, bien lo sabes, y sin embargo quieress que te lo escriba. Tienes razón. Hay que amarse y luego hay que decírselo, y luego hay que escribírselo, y luego hay que besarse en los labios, en los ojos, en todas partes. Tú eres mi adorada Juliette.

Cuando estoy triste pienso en ti, como en invierno se piensa en el sol, y cuando estoy alegre pienso en ti, como a pleno sol se piensa en la sombra. Bien puedes ver, Juliette, que te quiero con toda mi alma.

Tenéis el aire juvenil de un niño, y el aire sabio de una madre, y así yo os envuelvo con todos estos amores a un tiempo.

Besadme, bella Juju!

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Noviembre de 1834

Mi querido, amado, he aquí esta carta, muy corta por la forma y muy larga de fondo, pues contiene todos mis sentimientos, todo mi corazón. Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, y eso es todo. No es muy cansado para el espíritu y es muy dulce para el corazón – te quiero.

Mi adorado, me has hecho muy feliz, a veces doblemente feliz, pues compartías mi felicidad. No obstante, tengo un sentimiento de tristeza y de inquietud que no me deja casi nunca, que quisiera ocultártelo siempre, pero esta noche desborda mi pecho, es necesario que te lo muestre. Tengo miedo de ser para siempre una pobre chica. Tengo miedo de que esta inacción en la que vivo desde hace un año, acabe en mi ruina ya iniciada por el fracaso de Marie Tudor. Tengo miedo de que tu aparente tranquilidad en lo que concierne a mi carrera dramática no sea considerada como la más formal confesión que no puedo aspirar a un futuro en mi oficio.

Tu posición y la mía vuelven estos temores en verdaderos tormentos que me obsesiona noche y día, que cambian la naturaleza de mi carácter, que destruyen mi coraje y me quitan toda confianza en la duración de nuestra felicidad. Quisiera estar segura que mis temores son solamente meros temores, y entonces retomaría mi alegría y mi resignación con las dos manos. Pero... ¿quién va decirme la verdad sobre el tema? ¿Tu te atreverás? Te ruego de rodillas. Dime la verdad, nada más que la verdad cualquiera que sea, que sepa al menos dónde estoy en lo que toca mi futuro, que sepa de manera segura lo que piensas de mí. Te pido tu opinión en toda consciencia, te la pido con las manos juntas. Prefiero la certidumbre de mi ruina que la duda. Así pues, no te andes con contemplaciones.

He aquí una carta muy corta por la forma, decía al empezar, porque mi intención era terminarla en te quiero. Pero fui arrastrada por la necesidad de abrirte mi corazón, por dejar escaparse mi aflicción y el desaliento que me devoran desde hace tiempo. Perdona mi flaqueza. Hubiera debido esperar a que ya no estés tan ocupado, pero no lo pude. Perdóname por el amor que tengo por tí.

El temor es también parte del amor más apasionado y más delicado. Es cierto.

Juliette

18.- DE JOHN KEATS A FANNY BRAWNE

3 de Octubre de 1819

Mi queridísima niña:

Me he puesto a pasar en limpio algunos versos, pero no me da ningún gusto trabajar. Tengo que escribirte una o dos líneas y ver si eso me ayuda a alejarte de mi espíritu aunque sea por unos instantes, no puedo existir sin ti. Todo lo olvido salvo la idea de volver a verte. Mi vida parece detenerse ahi: más allá no veo nada. Me has absorbido. En este mismo momento tengo la sensación de estar disolviéndome...Si no tuviera la esperanza de verte pronto me sentiría en el colmo de la desdicha. Tendría miedo de separarme, de estar demasiado lejos de ti. Mi dulce Fanny, no cambiará nunca tu corazón?, Amor mío, no cambiarás? Alguna vez me asombró que los hombres pudieran ir al martirio por su religión. Temblaba de pensarlo. Ahora ya no tiemblo; podría ir al martirio por mi religión- El amor es mi religión-, y podría morir por él....Me has cautivado con un poder que soy incapaz de resistir; y sin embargo lo era hasta que te ví; y desde que te he visto me he esforzado a menudo en razonar contra las razones de mi amor. Ya no puedo hacerlo, el dolor sería demasiado grande. Mi amor es egoísta. No puedo respirar sin ti...

19.- DE CHARLES DICKENS AL SEU FILL

Londres , Octubre de 1868.

Querido hijo mío:

Te escribo hoy esta carta porque tu partida me preocupa mucho, y porque quiero que lleves contigo unas palabras mías de despedida, para que pienses en ellas de cuando en cuando en los momentos de tranquilidad. No necesito decirte cuánto te quiero, y que siento mucho, lo siento en el alma separarme de ti. Pero la mitad de esta vida está hecha de separaciones, y son dolores que hay que sobrellevar, además, la vida con sus pruebas y peligros, te enseñará más que cualquier estudio o tarea que pudieras realizar. Hasta hoy, sólo has necesitado para vivir una meta fija y constante, desde ahora, te aconsejo, hijo mío, que te propongas con firme determinación hacer todo lo que hagas de la mejor manera posible. No te aproveches vilmente de nadie en ninguna ocasión , y no seas duro jamás con los que están bajo tu fuerza. Procura hacer con los demás lo que quisieras que ellos hiciesen contigo, y no te desalientes si a veces dejan de hacerlo.. Mucho mejor será para ti que sean ellos los que desobedezcan la máxima regla establecida por nuestro Salvador, y no tú. Pongo en tu equipaje el libro del Nuevo Testamento, porque es el mejor libro de cuantos se han conocido y se conocerán, y porque nos enseña las mejores lecciones por las que puede guiarse todo ser humano que procure ser leal y fiel a su deber.

No abandones jamás la sana costumbre de rezar tus oraciones por la noche y por la mañana. Yo no la he abandonado nunca, y conozco el consuelo que eso presta al alma. Confio en que puedas decir siempre en tu vida que has tenido un padre cariñoso que te ha amado.

Con cariño.

20.- D’ STENDHAL A MATILDE DEMBOWSKI

Varese, 7 de junio de 1819

Señora:

Me ha sumido en la desesperación. Me acusa repetidamente de no ser delicado, como si, en sus labios, tal acusación no significara nada. ¿Quién habría pensado, cuando me separé de usted en Milán, que la primera carta que me escribiría iría encabezada con señor, o que usted me acusaría de no ser delicado?

Ah, señora, es muy fácil para un hombre que no tiene pasión comportarse siempre con moderación y prudencia. También yo, cuando soy capaz de hacer caso a mi propio consejo, creo que no carezco de discreción. Pero estoy dominado por una pasión fatal que ya no me deja ser dueño de mis acciones. Me había jurado a mí mismo alejarme de usted o, al menos, no verla y no escribirle hasta que usted hubiese regresado, pero una fuerza más poderosa que todas mis decisiones me arrastraba hacia los lugares donde usted se encontraba. Percibo con toda claridad que, de ahora en adelante, esta pasión va a ser la gran preocupación de mi vida. Todos los intereses, todas las consideraciones han palidecido ante ella. Esta necesidad fatal que tengo de verla me arrastra, me domina, me transporta. Hay momentos, durante las largas tardes solitarias, en los que, si fuera necesario asesinar con tal de verla, me convertiría en asesino.

21.- D’ STEFAN ZWEIG A FRIDERIKE.

Querida Friderike,

Cuando recibas esta carta estaré mucho mejor. En Ossining me viste mejor y más calmado, pero mi depresión ha empeorado, me siento tan mal que ya no puedo concentrarme en mi trabajo. A ello se suma la triste certeza –la única que tenemos- de que esta guerra ha de durar todavía años y de que pasará mucho tiempo antes de poder regresar a nuestra casa. Ciertamente me ha gustado estar en Petrópolis pero echo de menos los libros, que me son indispensables para mi trabajo. En cuanto a la soledad, que inicialmente aportaba un notable apaciguamiento, se ha transformado en un pesar… También la idea que mi obra mayor, el Balzac, no podrá terminarse nunca puesto que no tengo la perspectiva de dos años de trabajo sin interrupciones, y los libros necesarios para la documentación serían difíciles de conseguir. Y finalmente está la guerra, esta guerra que nunca termina, que todavía no ha alcanzado su peor momento. Soy demasiado débil para aguantar todo esto, y la pobre Lotte no lo ha tenido fácil conmigo, sobre todo porque su salud ha empeorado también.

Tú tienes a tus hijos y con ello una tarea en la vida; tú tienes intereses varios, una inquebrantable energía. Estoy seguro de que alguna vez vivirás mejores tiempos y comprenderás por qué mi pesimismo me ha impedido aguantar más. Te escribo estás líneas en mis últimas horas. No te puedes imaginar cuán aliviado me siento desde que tomé esta decisión. Dales recuerdos cariñosos a tus hijos de mi parte y no sufras, recuerda siempre cómo he admirado a Joseph Roth o a Rieger que supieron evitar el sufrimiento.

Ten coraje, ahora sabes que estoy tranquilo y feliz.

Con mi amor y amistad,

Stefan

Stefan Zweig (1881–1942) fue un escritor austríaco. Escribió novelas, relatos y biografías, de las cuales la más conocida fue probablemente María Estuardo. Durante la primera guerra mundial tuvo que exiliarse a Zurich a causa de sus ideas pacifistas. Hacia 1938 se separó de su esposa Friederike y se enamoró de su secretaria la joven Lotte, con quien se casó y viajó a Estados Unidos y luego a Brasil, fijando allí su residencia. El 22 de febrero se suicidó junto a Lotte, en Petrópolis (Brasil), desesperados ante el futuro de Europa y su cultura (después de la caída de Singapur creían firmemente que el nazismo se extendería a todo el planeta). Antes suicidarse, Stefan Zweig escribió esta carta a su ex-mujer Friderike.

22.- DE CESARE PAVESE A PIERINA

Querida Pierina:

... Pierina, quisiera ser tu hermano -ante todo porque en ese caso habría entre nosotros un vínculo menos banal, y después para que pudieras escucharme y creerme con confianza. Si me enamoré de ti, no es sólo porque, como se dice, te deseaba, sino porque tú y yo estamos cortados con la misma vara, y te mueves y hablas como lo haría yo, si en vez de ser un hombre que sólo aprendió el oficio de escribir hubiese tenido tiempo de aprender a estar en el mundo. Por otra parte, existe la misma elegancia y seguridad en lo que yo he escrito y en tus días. Sé entonces a quien le hablo.

Pero tú, a pesar de haberte vuelto árida y casi cínica, no estás al fin de la vela como yo. Tú eres joven, eres lo que yo era a los veinticinco años cuando, decicido a matarme por no sé qué desilusión, no lo hice -estaba curioso por el mañana, curioso de mí mismo- la vida me había parecido horrible, pero aún me encotraba interesante a mí mismo. Ahora es a la inversa: sé que la vida es estupenda, pero que estoy fuera de ella, y el mérito es todo mío, y sé que esta es una tragedia fútil...

...¿Puedo decirte, amor, que nunca me desperté con una mujer al lado, que cuando quise a alguien nunca me tomaron en serio y que ignoro la mirada de agradecimiento que una mujer dirige a un hombre? ¿Y puedo recordarte que, a causa del trabajo que hice, siemrpe tuve los nervios destrozados y la fantasía ágil y exacta y el gusto de las confidencias ajenas? Y que estoy en el mundo desde hace cuarenta y dos años? No se puede quemar la vela de los dos lados -en mi caso la quemé toda de un solo lado y la ceniza son los libros que he escrito...

...El amor es como la gracia de Dios -la astucia no sirve-. Por mi parte, te quiero mucho Pierina, te quiero como una fogata. Llamémoslo el último resplandor de la vela...

Cesare Pavese conoció a la joven Pierina en Bocca di Magra, con quien vivió su última aventura amorosa en 1950, poco antes de suicidarse.

dimecres, 28 de gener del 2009

Confessió de Virginia Woolf

Abans de morir, tingué unes paraules tendres pel seu marit

Querido, estoy segura de que, de nuevo, me vuelvo loca. Creo que no puedo superar otra de aquellas terribles temporadas. No voy a curarme en esta ocasión. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar. Por lo tanto, estoy haciendo lo que me parece mejor. Tú me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todo momento todo lo que uno puede ser. No creo que dos personas hayan sido más felices hasta el momento en que sobrevino esta terrible enfermedad. No puedo luchar por más tiempo. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y lo harás, lo sé. Te das cuenta, ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. Cuanto te quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte... todo el mundo lo sabe. Si alguien podía salvarme, hubieras sido tu. No queda nada en mí salvo la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo.
No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que nosotros hemos sido.

Dues cartes de Dostoievski a Ania Grigorievna. Primera:

QUERIDO ángel mío:

Ayer cuando recibí tu carta me alegré hasta la locura, pero al mismo tiempo me sentí aterrado. Qué pasa contigo, Ania, en qué estado te encuentras. Lloras, no duermes y sufres. ¿Cómo crees que me sentó leer esto? Han pasado sólo cinco días y... ¡cómo estás! Querida mía, adorado ángel mío, tesoro mío, nada te reprocho; al contrario, me resultas más bella y más valiosa por esos sentimientos. Comprendo que nada se puede hacer si no estás en condiciones de soportar mi ausencia y me tienes desconfianza (repito, no te lo reprocho; lo aprecio, te amo por eso, te amo incluso doblemente si acaso esto es posible), pero al mismo tiempo, tesoro mío, debes concordar conmigo en que cometí una locura al venir aquí sin haberme enterado de tus sentimientos. Piensa, querida mía: por un lado la nostalgia de ti me impedía ponerle fin con éxito a este maldito juego y viajar a tu encuentro, pues me sentía atado espiritualmente; por el otro: ¿cómo podía permanecer aquí conociendo la situación en que te encuentras? Discúlpame, ángel mío, pero voy a entrar en algunos detalles sobre mi situación respecto al juego para que te quede claro de qué se trata. Más de veinte veces, cuando me he acercado a la mesa de juego, he hecho el experimento de jugar con sangre fría, con tranquilidad y haciendo cálculos, y he constatado que así no existe la menor posibilidad Te lo juro, ¡no hay posibilidad alguna! Supongamos que en la mesa de juego está presente el azar, pero yo lo calculo y por lo tanto tengo ya una probabilidad de ganar. Sin embargo, ¿qué es lo que generalmente me sucedía? Regularmente comenzaba con cuarenta florines, los sacaba de mi bolsillo, me sentaba y ponía un florines o dos. Después de un cuarto de hora, generalmente (siempre) ya había ganado el doble. En ese momento debería detenerme e irme de ahí, ausentarme aunque fuera sólo hasta la noche, para calmar los nervios excitados (porque además me he dado cuenta de que mientras juego no puedo estar calmado y tranquilo por más de media hora seguida). Pero yo salía únicamente a fumar un cigarrillo y de nuevo volvía corriendo a jugar. ¿ Por qué lo hacía si sabía que seguramente no podría soportar, es decir, que seguramente perdería? Porque cada día, al levantarme por la mañana, decidía para mí mismo que sería mi último día en Hamburgo, que mañana partiría y que por lo tanto no podía esperar el momento conveniente para jugar. Me apresuraba, desesperadamente, a ganar la mayor cantidad posible en un solo día (porque mañana ya no estaría aquí), perdía la tranquilidad, destrozaba mis nervios y comenzaba a arriesgar, me enojaba, apostaba todo ya sin ningún cálculo y perdía (porque quien juega sin calcular, el azar , es un demente). Todo el error consiste en que tú y yo nos separamos, en que no te traje conmigo. Sí, sí, así es. Aquí todo el tiempo pienso en ti, y tú estás casi al borde de la muerte sin mi. Ángel mío, te repito que no te reprocho nada, que te amo aún más por extrañarme de esa manera. Pero escucha, querida, por ejemplo, lo que me pasó ayer: después de haberte enviado la carta en donde te pedía que me mandaras dinero, fui a la sala de juegos; me quedaban en el bolsillo únicamente veinte florines (para algún imprevisto) y arriesgué diez. Hice esfuerzos sobrehumanos para permanecer tranquilo y poder calcular durante una hora completa y todo terminó en que gané treinta Friedrichsdor, es decir trescientos florines. Estaba tan feliz que sentí unas ganas irreprimibles de ponerle fin hoy mismo a todo esto: quise ganar aunque fuera dos veces más de lo ganado e irme de aquí y, entonces, sin detenerme siquiera a pensarlo, sin descansar un segundo, me lancé hacia la ruleta y comencé a apostar mi oro, y todo, todo lo perdí, hasta el último kópek, es decir, me quedaron únicamente dos florines para tabaco. Ania querida, alegría de mi vida, comprende que tengo deudas que debo pagar, que van a decir que soy un canalla; comprende que hay que escribir a Katkóv y quedarse en Dresden. Debí ganar. ¡Era indispensable! No juego por divertirme. Era la única salida y todo está perdido por un mal cálculo. No te recrimino, me maldigo: ¿ Por qué no te traje conmigo? Cuando se juega poco, a diario, no hay posibilidad de perder; esto es cierto, es así, tuve veinte veces la experiencia, y aún sabiendo que esto es así, me voy a Hamburgo con pérdidas; y sabiendo también que si me diera siquiera cuatro días más, en estos cuatro días lo desquitaría todo. Pero ¡ya no voy a jugar!
Querida Ania, comprende (una vez más te lo ruego) que no te reprocho nada; me reprocho el no haberte traído conmigo.
NB. NB. En caso de que la carta que envié ayer llegara a extraviarse, te repito aquí brevemente lo que en ella te decía. Te pedía me enviaras sin dilación veinte imperiales, en un giro a través de algún banquero, es decir, que deberás ir a ver al banquero y decirle que necesitas enviar a tal dirección en Hamburgo (es más seguro a una dirección determinada que a la poste restante), a tal persona, veinte monedas de oro y ya el banquero sabrá lo que se tenga que hacer. Te pedía también que lo hicieras cuanto antes, para que el mismo día la carta estuviera en el correo. Deberás poner la letra de cambio que te dé el banquero en un sobre y enviarla registrada. Si lo haces con rapidez, todo esto no te llevará más de una hora, así que la carta podría salir el mismo día.
Si te da tiempo de enviarla el mismo día, es decir hoy mismo (miércoles) la recibiré mañana jueves. Si sale el jueves, la recibiré el viernes. Si la recibo el jueves, el sábado ya estaré en Dresden, si la recibo el viernes, estaré el domingo. Así va a ser. De verdad. Si consigo terminarlo todo, quizá pueda llegar no al tercer día sino al día siguiente. Pero me parece difícil terminar todos los preparativos para salir de aquí (recibir el dinero arreglar las cosas, ir a Frankfúrt y no perder el Schnell-Zug). Voy a hacer lo que esté de mi parte pero veo más fácil que sea el tercer día.
Adios Ania, adiós angel adorado, no sabes cuánto me preocupo por ti; por mí no te preocupes en absoluto. De salud estoy espléndidamente. Ese trastorno nervioso al que tanto temes es únicamente físico, mecánico. No es una conmoción moral. Es algo que mi naturaleza necesita, así estoy construido. Soy un ser nervioso, nunca puedo estar tranquilo aun sin todo esto. Además aquí el aire es maravilloso. Estoy verdaderamente sano, pero muy angustiado por ti. Te amo, por eso me angustio.

Un fuerte abrazo, miles de besos,

Tuyo, F.D.

Homburg, 24 de mayo de 1867.

Segona carta, uns quants dies després…

Ania querida, amiga mía, esposa mía, perdóname y no me llames canalla. He cometido un crimen: lo perdí todo; todo lo que me enviaste, todo, hasta el último kreuzer. Ayer lo recibí y ayer mismo lo perdí. Ania, ¿cómo voy a poder mirarte ahora?
¿Qué vas a decir de mí? Una sola cosa me horroriza: qué vas a decir, qué vas a pensar de mí. Sólo tu opinión me asusta. ¿ Podrás respetarme todavía? ¿Vas a respetarme todavía? ¡Qué es el amor cuando no hay respeto! El juego es lo que siempre ha perturbado nuestro matrimonio. Ah, amiga mía, no me culpes definitivamente. Odio el juego, no solamente ahora, ayer también, anteayer también lo maldije; cuando recibí ayer el dinero y cambié la letra fui con la idea de desquitar aunque fuera un poco, de aumentar aunque sólo fuera mínimamente nuestros recursos. Tenía tanta confianza en ganar algo... Al principio perdí muy poco, pero cuando comencé a perder, sentía deseos de desquitar lo perdido y cuando perdí aún más, ya fue forzoso seguir jugando para recuperar aunque sólo fuera el dinero necesario para mi partida, pero también eso lo perdí. Ania, no te pido que te apiades de mí, preferiría que fueras imparcial, pero tengo mucho miedo a tu juicio. Por mi no tengo miedo. Al contrario, ahora, ahora después de esta lección, de repente me sentí perfectamente tranquilo respecto a mi futuro. De hoy en adelante voy a trabajar, voy a trabajar y voy a demostrar de qué soy capaz. Ignoro cómo se presenten las circunstancias en adelante, pero ahora Katkóv no rehusará. En adelante todo dependerá de los méritos de mi trabajo. Si es bueno, habrá dinero. Oh, si sólo se tratara de mí, ni siquiera pensaría en todo esto, me reiría, no le prestaría ninguna atención y me marcharía. Pero tú no dejarás de emitir tu juicio sobre lo que he hecho y esto es lo que me preocupa y me atormenta. Ania, si tan sólo pudiera conservar tu amor... En nuestras circunstancias ya de por sí difíciles he gastado en este viaje a Hamburgo más de mil francos, es decir, alrededor de 350 rublos. ¡Es criminal!
No los gasté por falta de seriedad, ni por avaricia; no los gasté para mí. ¡Mis objetivos eran otros! Pero no tiene sentido justificarse ahora. Ahora debo reunirme cuanto antes contigo. Mándame lo más pronto posible, ahora mismo, dinero suficiente para poder salir de aquí, aunque sea lo último que quede Mándame lo más pronto posible, ahora mismo, dinero suficiente para poder salir de aquí, aunque sea lo último que quede. No puedo quedarme por más tiempo en este lugar, no quiero estar aquí. Quiero estar contigo, sólo contigo, quiero abrazarte. Me vas a abrazar, vas a besarme ¿no es cierto? Si no fuera por este clima detestable, por este clima húmedo y frío, me habría mudado ayer, por lo menos a Frankfurt, y entonces no habría sucedido nada, no habría jugado. Pero el clima es muy malo y con mis dientes y mi tos no pude moverme de aquí, pues me aterraba la idea de viajar toda la noche con este abrigo tan ligero. Era imposible, era correr el riesgo de contraer alguna enfermedad. Pero ahora tampoco ante eso me detendré. En cuanto recibas esta carta envíame diez imperiales (como con la letra de cambio Robert Thore, no son necesarios los imperiales en sí, sino simplemente un Anweisung ; como la vez pasada). Diez imperiales, es decir noventa y tantos florines para pagar mis deudas y poder partir. Hoy es sábado, recibiré el dinero el domingo y ese mismo día me iré a Frankfurt, ahí tornaré el Schnellzug y el lunes estaré contigo.
Ángel mío, no pienses que también esto voy a perderlo. No me humilles a tal punto. No pienses de mí tan mal. ¡Yo también soy un ser humano! También en mí hay algo de humano. No se te ocurra de ninguna manera, si no me crees, venir a reunirte conmigo. Tu desconfianza en que voy a llegar me aniquila. Te doy mi palabra de honor de que partiré inmediatamente sin que nada pueda detenerme, ni siquiera la lluvia o el frío. Te abrazo y te beso. Qué pensarás ahora de mí... Ah, si pudiera verte en el momento en que leas esta carta.

Tuyo, F. Dostoievski

P.S. Ángel mío, por mí no te preocupes. Te repito que si sólo se tratara de mí, me reiría y no haría el menor caso. Tú, tu juicio es lo que me atormenta. Es lo único que me causa dolor. Y yo... cuánto daño te he hecho. Adiós.
Ah, si pudiera ir ahora mismo a reunirme contigo, si pudiéramos estar juntos algo se nos ocurriría.

dilluns, 26 de gener del 2009

Totes les lletres del bruce

Aquest link per tenir totes les lletres del Bruce en la teva llengüa:

http://www.geocities.com/ygerbeau/bruce.htm

diumenge, 25 de gener del 2009

Traducció Stolen car (track version), Bruce

Vaig trobar una noia i vaig assentar el cap, en una preciosa casa en un poble encantador. Ens vam casar i vam prometre no separar-nos mai. I, aleshores, poc a poc, ens vam anar esborrant del cor de l’altre. Ara condueixo un cotxe robat a través de la nit més fosca, i ho faig el millor que puc per sortir-me’n.

Sec aquí, sota la llum d’Stanton. Vull que m’atrapin, però no ho fan mai. Al principi pensava que era només qüestió de nervis, que tot marxaria en passar el temps i créixer el nostre amor. Però suposo que al final hi havia alguna cosa més que ens destrossava i ens feia plorar. I condueixo un cotxe robat, esperant en aquest llumet vermell. No paro de dir-me que tot anirà bé, que en aquesta foscor podria desaparèixer.

Em va preguntar si recordava les cartes que vaig escriure, quan el nostre amor era jove i nosaltres valents. Va dir que la nit anterior les havia llegit i l’havien fet sentir-se com si tingués cent anys.

Hi ha un riu que corre a través d’aquest poble i va a parar al mar. Jo era allà i en la foscor jeia i ella es col•locava sobre mi. Aquesta nit hi ha una festa a County Line, ballaran a Seven Trees. Des d’aquí puc veure com brillen els llums de la festa. Potser ella hi és, potser m’espera.

L’altra nit vaig somiar que feia la trucada, jurava tornar i quedar-m’hi per sempre. De nou, ens casàvem al Victory Hall i sortíem de bracet per la porta de la capella. Puc recordar com de bé em vaig sentir quan el pare va dir: “fill, pots besar la núvia”. Però, en acostar-me per tocar els seus preciosos llavis, vaig notar com tot relliscava entre els meus dits. Ara condueixo un cotxe robat a través de la nit més negra, i em dic a mi mateix que tot sortirà bé. Però condueixo de nit i viatjo amb por, no importa el que faig ni on vaig. Ningú no em veu quan passo a la vora.

dijous, 22 de gener del 2009

Traducció Prove it all night (Bruce Springsteen)

He estat treballant molt dur per tenir les mans netes, aquesta nit conduirem la carretera plena de pols que va de Monroe fins Angeline per comprar-te un anell d’or i un preciós vestit blau. Nena, només un petó i ho tindràs tot.

Un petó per segellar el nostre destí, per demostrar-ho tota la nit. Demostrar-ho tota la nit, nena, no podem fer una altra cosa, així que demostra-ho tota la nit i jo t’ho demostraré tota la nit a tu.

Tothom té una gana, una gana que no pot resistir. Hi ha tantes coses que vols, tu et mereixes molt més que tot això. Si els somnis es fessin realitat, oh, no seria preciós? Però això no és cap somni, estem vius aquesta nit. Noia, ho vols, ho agafes, en pagues el preu.

Demostrar-ho tota la nit, nena, aixeca el farol, demostra-ho tota la nit i jo t’ho demostraré tota la nit a tu.

Recull-te el cabell en una llarga cua blanca, reuneix-te amb mi als camps, darrera de la dinamo. Escoltes les seves veus dient-te que no hi vagis. Ells ja han fet la seva tria i mai no sabran que se sent en robar, en fer trampes, en mentir, com és viure i morir. Demostrar-ho tota la nit, nena, no podem fer una altra cosa, així que demostra-ho tota la nit i jo t’ho demostraré tota la nit a tu.

Traducció Meeting across the river (Bruce)

Eps, Eddie, em pots deixar un parell de dòlars i aconseguir-me una manera de moure'm? Necessito creuar el túnel, tinc una cita amb un paio a l'altra banda. Ei, Eddie, aquest tio és la hòstia, així que, si vols venir, m'has de prometre que no obriràs la boca. El paio no s'està per bromes, i aquesta és la nostra darrera oportunitat.
Hem d'estar frescos aquesta nit, Eddie. Noi, estem en la mateixa refotuda línia i, si la fotem, aquesta vegada no em buscaran només a mi precisament. Tot el que hem de fer és aguantar. Fica't això a la butxaca, semblarà que dus un amic. I recorda, no somriguis i canviat' la camisa, perquè aquesta nit hem de tenir estil.
La Cherry diu que marxarà perquè s'ha adonat que vaig vendre la seva ràdio. Però, Eddie, col•lega, ella no enten que ja gairebé tinc dos dels grans a la butxaca. Aquesta nit tot el que he dit succeirà, i quan travessi aquesta porta tiraré els diners sobre el llit i s'adonarà que aquesta vegada no només parlava. I aleshores tocaré el dos.
Eps, Eddie, pots aconseguir-nos una manera de moure'ns?

Traducció Wreck on the highway. (Bruce)

Preciosa

Estava conduint l'altre dia, tornava a casa després d'un dia dur. Conduïa sol a través d'una pluja molt intensa, travessant el desert al llarg d'una carretera de dos carrils, quan em vaig trobar un accident a l'autopista. Hi havia sang i vidre escampat per tot, i ningú més que jo. Mentre la pluja queia freda sobre mi vaig veure un noi al voral. Em va cridar: "senyor, m'ajudarà, si-us-plau?". Finalment, una ambulància se'l va endur a Riverside. Jo mirava mentre s'allunyava, i vaig pensar en una núvia o una jove esposa, i en un agent colpejant la porta en mig de la nit per dir que el seu amor ha mort en un accident a l'autopista. De vegades m'assec a la foscor, i miro com dorm la meva noia. Aleshores em fico al llit i l'abraço ben fort. Estic allà, despert en mig de la nit, pensant en l'accident a l'autopista.

Traducció Independence day (Bruce Springsteen)

Pare ves a dormir, es fa tard. Res del que poguéssim dir canviarà les coses ja. Marxaré demà al matí, des de la Porta de St. Mary. No arreglaríem això encara que poguéssim.

La foscor d'aquesta casa té el millor de tots dos, i hi ha una foscor en aquesta ciutat que també ens té. Però no em poden tocar ara, ni a tu tampoc. No em faran el que vaig veure que et feien a tu.

Així que digues adéu, és el Dia de la Independència. Digues adéu, és el dia de la Independència.

No sé que és el que ens va passar sempre. Triàvem les paraules i fèiem les frases. No hi havia manera que aquesta casa pogués acollir-nos a tots dos. Suposo que érem massa iguals.

Així que digues adéu, és el Dia de la Independència i tots els nois han de marxar. Digues adéu, és el dia de la Independència. Tots els homes han de fer el seu camí, el Dia de la Independència.

Totes les habitacions estan buides a l'antro d'en Frankie, i l'autopista està deserta fins a Breaker's Point. Hi ha molta gent deixant la ciutat ara mateix, deixant els seus amics i les seves cases. Caminen a través de la nit per aquesta fosca i polsosa autopista, sols.

Pare ves al llit, es fa tard. Res del que poguéssim dir canviarà ja les coses. I és que hi ha molta gent que arriba i veu les coses de forma diferent. Aviat tot el que sabem serà esborrat.

Així que digues adéu, és el Dia de la Independència. Pare, ja sé les coses que volies però no vas poder dir. Però no em diràs adéu? És el Dia de la Independència. Et juro que mai vaig voler endur-me aquestes coses.

divendres, 16 de gener del 2009

Sonàmbuls en el desert (part I)

La meva història comença l’estiu del 95. En aquell temps jo treballava com a cap del departament de merchandaising de Margarete Astor a Barcelona. No havia estudiat per això, tampoc era la feina de la meva vida, però estava bé. Hi havia accedit gràcies a un antic company, en Francesc Castillejos. I l’hi agraïa: cobrava generosament per fer ni brot en una feina on ningú et demanava explicacions. Només calia saber delegar—aquesta era la clau de l’èxit—, repartir els avorribles estudis de mercat als borinots que tot just havien entrar a l’empresa i saber concentrar tot el mèrit i el prestigi. Tan sols hi havia un problema en la meva plàcida i hipòcrita vida: res aconseguia excitar-m’he.
Al principi, havia fruït de la situació. M’encantava imitar la bogeria d’un director sense partitura ni orquestra. Saber que m’evaporaria abans de desembocar al mar. Sentir que en l’autisme i la nul•litat tot era d’allò més amè. Mirar ben endins, i no veure-hi sinó foscor. I llavors, poder recordar a l’huracà que davant hi tenia una espelma. Una llum prou tènue per no témer res ni ningú.
Malauradament, un dia vaig adonar-m’he que si seguia hivernant no tornaria a veure cap estiu més. Anestesiat d’emocions, defalliria fins a vegetar. Em convertiria en un fantasma carregat de desídia. Així que vaig decidir que m’havia de tornar a connectar al món. Reintegrar-me al joc de les banalitats socials, els comentaris repetits i les anècdotes falsejades.
No va ser gens fàcil, m’havia acostumat a la mort més dolça. Signar la pau amb l’espècie humana fou, doncs, més complicat del què m’imaginava. Insensible com era a tot sentiment, m’era gairebé impossible fingir interès a qualsevol conversa. Tenia la sensació que canviaven les cares, canviaven les paraules, però no pas les persones. M’era molt difícil distingir-les, totes cantaven la mateixa nefasta melodia.

Vaig entrar dins una rutina de la qual cada dia m’era més costós sortir. De fet, poc va faltar perquè abandonés l’empresa i retornés al meu estimat cau. “Cap més borratxera al menjador de casa—sempre em repetia—, cap més migdiada acompanyada pel so d’antigues balades”. Sabia que l’única manera d’oblidar els problemes és crear-ne de nous. Fantasiejar amb nous horitzons: obrir finestres, trencar barreres, qui sap si canviar de ciutat. Però amb qui?, com?, quan? No sabia per on començar. Per cada expectativa se m’apareixien mil preguntes sense resposta.
Tots els meus udols s’estavellaren contra la mateixa paret: la comoditat, la meva pitjor enemiga. Ella era la pèrfida companya que prometia alimentar-me sempre i quan estigués sota el seu jou. Per culpa seva deixava per dijous les esperances del dimarts; ella m’havia convertit en un afamat sense gana, un somni sense ales, una il•lusió poc creïble.
Moltes nits, mentre perdia la concentració llegint un assaig sobre art que havia adquirit recentment, em repetia: “demà serà el meu dia”. Havia de ser-ho: perquè ja en tenia vint-i-set, perquè lliscava per un pantà sec d’emocions i de vida, i perquè si no m’agafava a l’última branca, l’arrel es podriria

Coses que m'agraden; coses que detesto

Dutxar-m’he molta estona en l’absoluta foscor. Pensar en les meves coses mentre sento caure sobre meu milers de gotes malgastades. Sentir una sensació mística de pau i tranquil•litat. Com si em netegés de la brutícia que el món em llença.

Sortir de la dutxa, agafar els auriculars que tinc preparats, i escoltar bona música una estona. Assentat a la tassa del vàter, començar a gesticular com un boig; jugar a ser un director sense orquestra ni partitura.

Obrir el petit fluorescent del lavabo, i adonar-me del nom que havia deixat al vidre entelat. I llavors riure sol, com un complet estúpid.

Rentar-me les dents mentre faig ganyotes de malvat. Després comprovar com encara no puc mirar-me gaire estona al mirall sense sentir-me ridícul.

Posar-me el pijama, i deixar-me els cabells força estona sense assecar. Estirar-me una estona al llit, i quedar-me absort mirant el rostre. Si estic d’humor, repassar per enèsima algun paràgraf esplèndid del llibre que més m’agrada.

Fer-me un vas de llet. Tirar primer el Colacau, després una mica de llet, barrejar, i tornar-hi a tirar llet. Comprovar més tard que sempre em serà impossible beure-me’l sense embrutar-me els morros.

Dormir. Despertar-me. Notar que l’alè em fa pudor de cervesa. Anar a beure dos oceans d’aigua. Dormir. Dormir. Tenir un somni. Dormir. Despertar-me. Posar el despertador una miqueta més tard. Dormir. Despertar-me. Regirar-me als llençols. Aixecar-me. Enrecordar-me què he somiat. Començar a distorsionar o a preguntar-me el què he somiat. Obsessionar-me per saber què he somiat ben bé. Tornar a imaginar-me què existeix una màquina que et permet reproduir els somnis. Tornar-me a contestar que els somnis són inexplicables, i que només per això m’agraden tant.

Sortir de casa, adonar-me que plou. Enrecordar-me que porto un any i mig a Barcelona i no hi tinc cap paraigües. Estar content per això. Caminar més lent sota la pluja fina, fins a la parada de bus. Taral•lejar una cançó.

Arribar a la parada de bus, tornar a infiltrar-me en la selva urbana que és Barcelona. Deprimir-me en veure tanta gent atrafegada. Deprimir-me encara més en reconèixer la fredor d’unes persones que cada matí esperem el mateix bus.

Pujar al bus, que em caigui una noia morena sobre i ens posem a riure. Avançar una mica més pel bus, mirar els títols dels llibres que llegeixen les dones. Adonar-me que no sóc un dels estúpids robots que, amb cara llanguida, transiten per la vida com si cada segon fos una súplica i cada carrer un cementiri.

Mentre faig temps, tornar a mirar el missatge que ella em va escriure la setmana passada. Com fa una setmana, deixar escampar un somriure d’estúpid enamorat d’orella a orella. Aixecar la vista i veure, content, com un jove que perseguia el bus l’ha perdut.

Arribar a classe. Si no ha començat, saludar als amics. Desitjar-los-hi molt bon dia sense cap motiu concret. Si no ha arribat, mirar ansiós cap a la porta. Fingir tranquil•litat i saber estar.

Veure alleujat que arriba. Però, veure una mica defraudat, que s’assenta al costat de la seva amiga. Veure’m insultat pel somriure groller de la companya, i qüestionar-me la validesa de la teoria de Darwin.

Adormir-me amb el so monòton del catedràtic de torn. Sentir unes sobtades ganes de cridar ben fort. Reprimir-me, alleugerir-me, i divagar... Divagar força estona sobre un munt de coses ben poc normals. Voler atendre a la classe, però no aconseguir-ho.

Començar a buscar semblances entre les persones amb qui no em parlo i diferents animals. “Aquest sembla un peix, aquesta un orangutan”. Condemnar la lletgesa, i no estar disposat a perdonar-la.

Durant el descans, intentar que no es parli de sexe, festes, o Bola de Drac.

Sortir de la universitat. Agafar el metro perquè ella hi puja. Esperar que tothom marxi per estar-hi sol. Intimar-hi, i embogir de tanta felicitat. Xiuxiuejar-li la millor cançó de Mishima. Deixar-la marxar, no sense haver-li desitjat el millor. Saber que els minuts que arribaré més tard a casa han estat aprofitats, doncs els he passat al cel.

Adonar-me que estic malalt. Diagnosticar-me: excés de dopamina. Saber que no li he dit, però ja li he fet saber. Tenir la convicció que els nostres camins es trobaran. No tenir el plaer de dubtar-ho.

Si tinc gana, preparar menjar. Potser una amanida molt estrafolària. Posar-hi de tot: pomes, pastanagues, cebes, plàtan, pebrot, formatge, i també enciam. Mentrestant, escalfar una mica de caldo. Passar-m’ho bé una estona sentint la segona hora de “Minoria Absoluta”.
Si no tinc gana, adorar la meva constitució, que em permet aguantar sense esmorzar, dinant una mica, i menjant un bon entrepà de sopar.

Desafiar-me, i intentar beure’m la sopa bé. O sigui, amb el cap ben inclinat, i sense xarrupar ni un xic. Preguntar-me si realment és possible. Finalment, rendir-me i xarrupar com si fos una bèstia. Quan he acabat, posar “Les quatre estacions” o qualsevol disc del Bruce, i rentar els plats mentre ballo animat. Estar-me a punt de relliscar qualsevol plat. Imaginar-me que els veïns encara no em senten, i apujar una mica més el volum. “La música, com més forta, millor”.

Sortir. Acomiadar-me de l’amargat del porter. Compadir la seva miserable vida rere el taulell, mirant la televisió vuit hores diàries (segurament més, doncs també la deu mirar a casa). Si he quedat amb algú, anar a prendre unes birres pel centre. Del ser així, aquest escrit es torna imprevisible i no pot continuar-se.

Si no és així, passar-me a deixar uns llibres per la biblioteca de Sagrada Família. Abandonar amb tristesa les obres de teatre de Wilde. Compadir-me pensant que tothom es mereix descobrir-lo.

Desitjar que enderroquin un edifici tan mal concebut. Insultar interiorment els actuals arquitectes. “Com es podien fer dues cares tan increïblement diferents?” Tot i així, estar a punt de preguntar a la gent com pot passar a la seva vora sense alçar el vol. “Perquè es fixen en els semàfors i no en l’art?” “Perquè es fixen en allò que funciona i no en la bellesa?”

Quedar a Sarrià amb un amic, entrar al bar on serveixen les millors patates braves de la ciutat. Admirar-me que, malgrat els esforços de l’ajuntament, Barcelona continua sent una ciutat preciosa. Jugar a fer el cínic i pensar que, tanmateix, ho seria molt més sense persones.

Descobrir que als bars de Sarrià també hi ha birres, i que porto quatre Boll-Damms. Discutir animadament, gairebé passionalment, sobre qualsevol estupidesa. Tornar a casa amb metro, ignorar allí els què demanen almoina.

Al carrer, estar a punt de ser atropellat per un ciclista. Després, adonar-me que porta auriculars i que qualsevol dia mataran aquest inconscient. Sentir-me malament en veure que no em molesta en excés. Preocupar-me: “m’he tornat massa insensible?”

A casa, abans de posar-me a la dutxa, veure que tinc un missatge al mòbil. Esperar que sigui d’ella. Defraudar-me en veure que no ho és. Llegir-lo: “Saltes molt bé a corda”.

Sorprendre’m que no em sorprengui. Tenir la sensació que visc en un bucle curiós. Potser no sé avançar. Començar a sospitar que m’he tornat a emborratxar. Almenys una mica. El cap no em balla, però tampoc em camina.

I cansat de turmentar-me, despullar-me, tancar els llums, posar-me sota la dutxa, i saber que allí és un dels millors llocs on un home pot estar

9 d'Octubre del 2008
When you're talkin to yourself
And nobody's home
You can fool yourself
You came in this world alone
(Alone)

So nobody ever told you baby
How it was gonna be
So what'll happen to you baby
Guess we'll have to wait and see
ONE, TWO

Old at heart but I'm only 28
And I'm much too young
To let love break my heart
Young at heart but it's getting much too late
To find ourselves so far apart

I don't know how you're s'posed
To find me lately
An what more could tou ask from me
How could you say that I never needed you
When you took everything
Said you took everything from me

Young at heart an it gets so hard to wait
When no one I know can seem to help me now
Old at heart but I musn't hesitate
If I'm to find my own way out

Still talkin' to myself
and nobody's home
(Alone)

So nobody ever told us baby
How it was gonna be
So what'll happen to us baby
Guess we'll have to wait and see

When I find out all the reasons
Maybe I'll find another way
Find another day
With all the changing seasons of my life
Maybe I'll get it right next time
An now that you've been broken down
Got your head out of the clouds
You're back down on the ground
And you don't talk so loud
An you don't walk so proud
Any more, and what for

Well I jumped into the river
Too many times to make it home
I'm out here on my own, an drifting all alone
If it doesn't show give it time
To read between the lines
'Cause I see the storm getting closer
And the waves they get so high
Seems everything We've ever known's here
Why must it drift away and die

I'll never find anyone to replace you
Guess I'll have to make it thru, this time- Oh this time
Without you

I knew the storm was getting closer
And all my friends said I was high
But everything we've ever known's here
I never wanted it to die

Sonàmbuls en el desert (part II)

Theodore Capgheri, un dels propulsors de la psicologia simbòlica, va dedicar els seus estudis a l’anàlisi de la gestualitat humana. Anava a la parisenca plaça de la Vendôme, s’assentava en qualsevol dels múltiples bancs que allí hi havia, i començava a prendre apunts en el seu bloc de notes. Fidel al masclisme imperant a finals del s.XIX, la seva principal teoria fou molt aplaudida per l’elit acadèmica del moment. Capgheri considerava que, degut a la seva pròpia constitució física, les dones tenien més facilitat per al furt i la mentida. Acostumades a dissimular la menstruació i els orgasmes, havien aconseguit controlar tant el cos com la ment molt millor del què ho fan els homes.
Estava pensant en tot això a la dutxa. Des de feia quinze dies, havia decidit remullar-m’he a les nits. Sabia que dutxar-m’he amb presses era com cardar mirant el rellotge. Una absurda pèrdua de temps. Precisament perquè tots els veritables plaers s’assaboreixen lentament, necessitava despreocupar-m’he de la més ínfima molèstia. Entrar a la càpsula d’aigua sense saber quan en sortiria. Amb els ulls clucs, gaudint al sentir caure sobre el meu cos nu milers de gotes malgastades, em deixava endur pels pensaments més dispars. Fou així com vaig pensar amb la curiosa tesis de Capgheri.
Bàsicament, estava d’acord amb ell. “Les dones són unes lladres i unes mentideres”, vaig pensar. Veritablement, deien mentides. Ara bé, no eren molt millors que les nostres veritats? No eren actrius envescades d’innocència? Només en els seus robatoris i les seves faules sabia trobar-hi tota la màgia que m’inflamava el cor. Si en els seus gestos Capgheri només hi veia falsedat i cinisme, jo hi trobava el millor dels tresors. Un jeroglífic que no tenia ganes de descobrir—tan sols admirar—, un misteri que deixaria d’encantar-m’he tan bon punt el conegués. Perquè a diferència de l’estudiós francès, mai anava pel món amb una llibreta sota el braç.
Així que vaig sortir de la dutxa maleint la seva persona. Vaig encendre les llums (sempre em dutxava en la foscor per reforçar el misticisme que m’inundava aquells breus moments), vaig fer quatre ganyotes al mirall mentre em rentava les dents, vaig riure com un estúpid al veure la frase que el baf d’aquest descobria, i finalment vaig dirigir-m’he, encara nu, al menjador de casa. Em sentia pur i relaxat, com si m’hagués desfet de tota la brutícia que el món m’havia tirat aquell dia.
Abans d’arribar, sobre el taulell del passadís, vaig veure-hi una carta inesperada. El remitent, desconegut. M’estranyà que l’haguessin enviat primer a l’antiga casa que tenia a Gràcia. Vaig obrir-la. Deia:

Trobada d’alumnes de Psiquiatria, promoció 1990
Restaurant “El gran què”. C./ Aragó, 92
14 de Juliol. 21:00h

Em va sorprendre la formalitat del text. Cap salut, cap cordialitat, cap desig ben intencionat. El firmant, un tal Ramon Xuriguera, devia ser una persona freda. De fet, confesso que no me’n recordava de qui era. Dues setmanes després, pensant en ell, em faria un tip de barrinar.
De moment, per això, encara dubtava. Calia assistir-hi? Què podia oferir-m’he aquell sopar? Records d’una època més lleugera d’aperitiu, contes idealitzats pel pas del temps per sopar, i de postres, tertúlies desenfrenades sobre la malícia i incompetència de qualsevol catedràtic. Si bé no m’entusiasmava el menú, ni molt menys recordar que havia estat feliç (per la mateixa raó que el pres odia mirar les estrelles), tenia motius per fer-hi cap. Intentava disseccionar els pensaments, mesurar els pros i els contres. Esforç inútil, evidentment. Em coneixia massa bé per ignorar que acabaria decidint-ho una hora abans de la cita.
I així va ser. Vaig presentar-m’he a “El gran què” més mogut per la xafarderia que per la curiositat. Volia saber, aquest era el meu gran anhel. La vida dels meus antics companys m’interessava molt menys que la seva “existència”. En traspassar la porta del restaurant vaig preparar-m’he per les pitjors sorpreses.
Havia arribat deu minuts tard amb el propòsit d’estalviar-m’he els petons, les encaixades de mà, i les preguntes de rigor. Quina va ser la meva torbació en comprovar que havia estat la cinquena persona més puntual! “Què hi faig aquí?—vaig pensar—Això deu ser una broma macabra!” Dels quatre psiquiatres, només reconeixia els dos nois. Vaig enrogir com un tomàquet veient venir sobre meu una d’aquelles escenes tan desagradables. Prou que se’n van adonar elles, que no les recordava. Per sort, tingueren la gentilesa de dissimular el seu enuig i no posar-m’he en evidència.
A les deu començarem a sopar, érem vint-i-un. Amb alguns d’ells havia passat estones realment agradables: la Carla, l’Edgar, l’Andreu, la Xènia, el Benjamí... Em vaig assentar al centre de la taula. És una tàctica que vaig descobrir en un sopar d’empresa. Enmig del batibull pots fingir que escoltes, si el sopar t’avorreix; arraconat a la cantonada, en canvi, sorgeixen aquells silencis assassins que creen tan malestar.
Al principi estava descol•locat. Per dins cremava, el sopar havia obert una hemorràgia la profunditat de la qual encara havia de sospesar. Veure tants amics retrobats, i tan sobtadament, em va fer reflexionar. M’era impossible no veure-hi reflectida tota la meva vida des de que els nostres camins s’havien separat. No pas per semblança, sinó per contrast. Tornar a parlar-hi havia eixamplat l’abisme que s’havia obert entre nosaltres des de la graduació. Cal dir que quan estudiava mai havia estat gaire popular—segurament degut a les meves notes admirables i a la dedicació exclusiva que professava pels estudis—; tanmateix, fins ara, quatre anys després d’acomiadar-nos, de prometre’ns per última vegada que ens trucaríem “qualsevol dia d’aquests”, no m’adonava com n’érem de diferents. Tenia la sensació que vivíem en móns radicalment distints. Amb setze anys m’hauria entusiasmat la idea, avui em feia por.
Poc a poc anàrem despullant la cordialitat que ens vestia de persones per deixar pas a unes converses més sinceres. Sense adonar-me’n, vaig immiscir-me en la xerrada. Alguna cosa devia passar dins meu aquella nit, potser una fada amb la seva vareta màgica. Després dels primers dubtes inicials, em vaig sentir bastant relaxat. Ja no m’interessava la “existència” dels meus antics companys, sinó ells mateixos. Crec que la nostàlgia em devia vèncer. La comprensió havia substituït l’anàlisi, la broma al fingiment, i l’entusiasme al badall reprimit. Hi tingué alguna cosa a veure que arribés ella quan començava a engrapar les postres...

Traducció de Jungleland

Jungleland

Els Rangers van ser ben rebuts la nit passada a Harlem, i en Magic Rat va travessar la línia de l'Estat de Jersey. Hi ha una noia descalça asseguda sobre el capot d'un Dodge, beu cervesa calenta sota las suau pluja d'estiu. En Rat entra a la ciutat, s'apuja els pantalons, plegats comencen un petit romanç i desapareixen més enllà de Flamingo Lane.
En Maximum Lawman recorre Flamingo, perseguint en Rat i la noia descalça. I aquí els nois viuen com ombres, sempre en silenci, agafant-se les mans. Des de les esglésies fins les pressons, aquesta nit tot és silenci al món, mentre ocupem les nostres localitats a la Terra de la Jungla.
La colla de la mitjanit ja s'ha ajuntat i ha decidit on trobar-se. Es reuniran sota aquest senyal gegant de l'Exxon que il·lumina la ciutat. Company, hi ha una òpera a l'autopista, un ballet al carreró. Fins que els polis locals es carreguin la nit. El carrer està viu mentre se salden deutes secrets, es fan contactes i desapareixen sense donar ni una sola pista. Els nois empunyen guitarres com navalles i s'abraonen sobre els jukebox. L'afamat i el perseguit, exploten en les bandes de rock and roll, i s'enfronten l'un a l'altre a fora al carrer, aquí a la Terra de la Jungla.

A l'aparcament els visionaris es vesteixen a l'última moda, als carrerons les noies ballen al ritme dels discos que punxen els DJ's. Amants de cor solitari, lluiten en carrerons foscos, desesperats a mida que avança la nit. Una mirada i un sospir just abans de desaparèixer.
Dos cors bateguen sota la ciutat, ànimes com motors corrent a través d'una nit tan tendra. En una habitació tancada primer se senten sospirs de negació i després la rendició. Als túnels de la part alta de la ciutat, el propi somni d'en Rat li fot un tret. El só fa eco a tots els portals, enmig de la nit. Ningú no mira ja quan l'ambulància marxa, o quan la noia tanca el llum de l'habitació.
A fora els carrers estan incendiats, en un autèntic vals de la mort. I els poetes per aquí baix no escriuen res, simplement seuen i deixen que les coses succeeixin. I amb la velocitat d'un ganivet, busquen el seu moment i intenten fer alguna cosa honesta. Però acaben ferits, ni tan sols morts, aquesta nit a la Terra de la Jungla.

Sonàmbuls en el desert (part III)

Deien de la nostra generació, nascuda el 68, que havia de marcar el futur del país. Nosaltres ho ignoràvem per complet, però se’ns havia encarregat una missió: ser el pont cap a una nova època. Parits en un any simbòlic, havíem mamat la dictadura però no ens sentíem alletats per ella. De la nostra valentia en dependrien les noves fites que tothom esperava amb candeletes.
Els pedagogs confiaven en una joventut que, guiada pels nous mètodes educatius, podria solucionar els problemes quotidians amb més amplitud de mires. Dels quatre vents sorgien eslògans engrescadors. Parlaven de “tolerància”, “respecte”, “diversitat”, i “civisme”. Crec que ningú sabia ben bé a què es referien.
Tothom tenia una opinió formada sobre nosaltres. Érem el blanc de qualsevol crítica. Massa descarats, massa aviciats, massa ganduls, massa incrèduls, massa desobedients. Havíem crescut amb els suposats avantatges de la llibertat, però no gaudirem dels seus privilegis. Resumint: podíem escollir, però no se’ns permetia equivocar-nos.
La generació de les oportunitats havia de complir els somnis dels pares sense trair les creences dels avis. Pocs podíem tolerar aquest joc d’equilibris i conveniències que ens repugnava. Cadascú ho va pal•liar tan bé com va poder. No va ser gens fàcil, estàvem submergits en una realitat insofriblement crua. L’atur ens amenaçava a tots, estudiants o no; els qui ho érem, ens preguntàvem què feríem un cop llicenciats. Tot plegar era molt confús. La generació de les oportunitats estava desenganyada.

Estic convençut que en el fons de cada ànima tots sentíem un xiuxiueig; una veu burlesca que ens sotmetia al preu de les mirades alienes. Cada assistent a aquell sopar sentia una espècie de pànic vital. A mida que la conversa s’animava, anàvem coneixent els detalls de cadascú. On treballava la gent, si tenia parella, els seus projectes més immediats. Ens avergonyia reconèixer les pròpies misèries.
Quan tens vint-i-set anys sents la obligació que has de fer-ho tot, i has de fer-ho ara. Ja has abandonat la primera joventut, quan les preocupacions eren passatgeres i els amors duraven una primavera. Amb vint-i-set anys has d’encarrilar la teva vida. Tenir una bona feina, una hipoteca que t’escanyi, una núvia estable amb qui cardar els dissabtes...
En aquesta atmosfera, cada pregunta prenia el to d’un interrogatori. En el fons, el sopar només era una excusa per distingir fracassats de triomfadors. La veritat es descobria aspra, en tota la seva nuesa; o la teva vida era una il•lusió o havies fet una il•lusió de la teva vida.
Cada nova paraula em deprimia més que l’anterior. M’irritava la forma de pensar dels meus antics amics. Realment, me n’havia allunyat molt. Ells representaven un nou món, una nova moral... Jutjaven, etiquetaven i estigmatitzaven, aquest era el seu mètode. Estava segur que en el seu fur intern classificaven les persones segons si eren més o menys preferibles.
Vaig pensar una excusa per marxar del restaurant, no aguantava més aquell imperi de lladrucs. Els hi diria que la meva tieta em requeria urgentment per arreglar el televisor de casa; hi afegiria, a més, que havia de marxar immediatament degut a l’anunci de la cadena segons el qual emetien aquell programa per primera i última vegada. Era l’excusa més absurda que havia ideat, ergo, la més idònia. Volia deixar palès que els abandonava, que la seva companyia m’era repel•lent.
Llavors algú obrí la porta del restaurant. Vaig quedar-m’he paralitzat, esmaperdut. Mil pensaments van sacsejar el meu cervell, mil moments màgics l’estaven inundant ja de felicitat. Els nervis em superaven; en foren víctimes unes postres devorades pel meu cos posseït. Vaig arreglar el televisor de la meva tieta imaginària i finalment vaig rendir-m’he a l’evidència. Havia arribat l’Irene.

Sonàmbuls en el desert (part IV)

Ja feia quinze dies que havíem començat les classes quan la vaig veure per primer cop. M’hi vaig fixar perquè duia un bolso amb la fotografia de l’Audrey Hephburn. Com faria durant els següents mesos, el va portar amb una elegància exquisida fins a la tercera fila de cadires. Allà es va seure al costat de la Marga, l’única persona que coneixia.
Uns metres més enrere, el narrador d’aquesta història se’n va encuriosir. Fou una de tantes impressions que tenim en la vida, res d’especial. Simplement vaig intentar esbrinar qui era la nouvinguda, què s’amagava darrera la seva mirada freda. Han passat gairebé deu anys i segueixo sense saber-ho.
Potser perquè era massa reservat amb les noies, potser perquè m’intimidava en excés la seva bellesa, no vaig parlar amb l’Irene fins als volts de Nadal. Durant aquells dos mesos vaig limitar-m’he a esguardar-la. M’era molt difícil apropar-m’hi; odiava la xerrameca constant de les seves amigues i havia rebutjat els pocs amics que tenia des d’un bon prinicpi.
Me’n recordo del primer dia que vam parlar. La tardor havia conquerit la ciutat amb la seva grisor habitual. El fred ja era notable, tot i que m’és impossible precisar quin dia era. Jo havia quedat amb el Benjamí per anar al Verdi. Ell sempre em duia a conferències, pel•lícules, exposicions, botigues de música..., etc; li encantava demostrar els seus coneixements. Doncs bé, aquell dia el Benjamí va mirar la projecció sol. El millor dels obstacles m’havia impedit assistir-hi...
Ens vam trobar al mercat, la Irene buscava una faldilla lila. És curiós, llavors no em va sorprendre que busqués una faldilla en ple desembre.
--I si prenem un cafè?
Si m’ho hagués pogut pensar, no li hauria preguntat. Mai m’hauria atrevit. La Irene em va mirar mig estranyada. Estava indecisa. Cal tenir present que, tot i anar a la seva classe, jo era un complet desconegut, un individu que ocupava un espai al carrer enlloc de deixar-lo buit. Finalment, va acceptar per cortesia.

És cert que durant els quatre anys universitaris (gairebé cinc, per ser exactes) vam intimar. Vivíem a deu minuts caminant, i sovint quedàvem per prendre una copa. Sobretot en èpoques d’exàmens, i per tristesa meva, gairebé mai sols. Eren les millors setmanes de l’any; la veia cada dia en la terrassa de qualsevol bar, lluny de les converses de la facultat, lliures dels comentaris absurds de la gent.
Quan ens cansàvem de repassar els apunts anàvem a passejar per Gràcia. Algú podria pensar que aprofitava aquells moments de tranquil•litat per intentar embruixar-la amb els meus encants. Tot al contrari: encara que m’hagués agradat—tan poder-la embruixar com posseir algun encant—mai va passar res.
Cada tarda fèiem la mateixa ruta—impassibles, muts, reservats—, ni ens calia preguntar-nos on aniríem. Només quan aparcàvem al nostre bar, llavors sí, manteníem una agradable conversa. M’encantava comprovar que coincidíem en els petits detalls: noms ideals per nens, els viatges que hauríem de fer, els colors que més ens seduïen...
A vegades, sense que vingués a tomb, la Irene em sorprenia amb una exclamació d’allò més rotunda, gens habitual en ella. “Mai em casaré”, deia; o bé: “no es pot ser feliç sempre, només uns quants moments”. Vaig tardar en avenir-m’hi, estava coneixent una persona nova. Com més parlava, menys la coneixia. Per això me’n devia enamorar.
Les meves esperances creixien com el globus llençat per un nen petit: prou lleuger per volar sempre amunt, però irremediablement destinat a perdre’s. Per tal d’evitar-ho intentava persuadir en Benjamí que no vingués a les nostres trobades; i hauria fet el mateix amb la Xènia si hi hagués tingut la mateixa confiança. Sabia que la presència del Benjamí l’incomodava; tot i que amb ell les converses eren molt fluides i fructíferes, sempre acabava interrompent-nos—amb tan respecte com manca de tacte—per començar a dissertar sobre l’evolució de l’expressionisme alemany o les pràctiques homosexuals en la Grècia clàssica.
En aquest ambient, la Irene s’angoixava. Mai es sentiria prou a gust—pensava amb raó—per explicar-m’he els seus sentiments, les il•lusions que guardava ocultes al món, els somnis empresonats dins aquell cor tan fred. Només quan estàvem sols obria una mica la seva ànima. Una engruna, més ben dit. Igual com la tortuga s’amaga dins la closca en sentir les primeres bombes, la Irene s’havia protegit dins una campana de vidre: prou transparent per ser estimada, massa inaccessible per no tornar-se boig.